Aniversario del secuestro y asesinato de Mario A. Amaya
El próximo martes 19 de octubre se cumple un nuevo aniversario del secuestro seguido de muerte de Mario Abel Amaya, militante radical.
Amaya, abogado, ocupó el cargo de Diputado Nacional y estuvo siempre comprometido con los ideales de la libertad. Esta característica fue la impronta que lo marcó para siempre, especialmente cuando formó parte de los hechos ocurridos en Trelew en agosto de 1972.
Mario Abel Amaya fallece en la cárcel de Devoto, Capital Federal, debido a los tormentos sufridos a manos de sicarios del dictador Videla
Los jóvenes radicales no nos olvidamos de los militantes que entregaron su vida a costa de defender sus ideales y convicciones y por eso queremos rendirle este sentido homenaje.
A continuación transcribimos un extracto del informe de la Conadep que forma parte del libro Nunca Más.
Entre los «arrestados a disposición del Poder Ejecutivo Nacional» podemos citar dos casos extremos, signados por la más absoluta arbitrariedad, en los cuales el decreto colocándolos en tal situación fue precedido por el secuestro y desaparición de los detenidos y continuó con la muerte de uno de ellos.
Los legisladores nacionales Dres. Hipolito Solari Irigoyen y Mario Abel Amaya habían cesado en sus cargos al producirse el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, pero mantenían su alta representatividad política e investían la calidad de abogados defensores con amplia tradición en el patrocinio a detenidos políticos. EI Dr. Solari Irigoyen había sido profesor universitario y tomó a su cargo frecuentes denuncias en el seno del Parlamento sobre casos de arbitrariedad policial y tormentos a prisioneros, antecedentes estos últimos similares a los del Dr. Amaya. Ambos fueron secuestrados el 17 de agosto de 1976 y alojados en el Regimiento 181 de Comunicaciones de Bahía Blanca, donde les aplican crueles tommentos. El día 30 de agosto de 1976, al cabo de un pedido formulado al Gobiemo argentino por la Comisión Eteramericana de Derechos Humanos, son trasladados hacia la ciudad de Viedma donde los arrojan al costado del camino. Allí recoge sus cuerpos de inmediato un móvil policial.
Curiosamente, el Gobiemo publicó la versión de que el vehículo policial protagonizó un denso intercambio de dispuos con el «coche secuestrador», logrando por fin la recuperación de las víctimas. Los Dres. Solari Irigoyen y Amaya declaran en seguida que no escucharon jamás detonación alguna por disparos.
A partir de ese momento, pasan a investir el carácter de «detenidos legales» y para legitimar todo el siniestro procedimiento se los acusa de «vinculaciones con actividades subversivas» y se los coloca en arresto a disposición del Poder Ejecutivo por Decreto N° 1831/76. Son llevados el 11-6-76 al Penal de Rawson, y al ingresar al mismo reciben una tremenda golpiza que al Dr. Amaya afecta ya irreversiblemente, al grado que, frente al drástico empeoramiento se resuelve a los pocos días conducirlo al Hospital Penitenciario Central - Cárcel de Devoto, Capital Federal - , donde se apaga su vida el día 19 de octubre de 1976. El Dr. Solari Irigoyen quedó encarcelado en Rawson, hasta que al cabo de nueve meses es autorizado a abandonar el territorio argentino - virtual expulsión - según decreto presidencial N° 1098/77.
Amaya, abogado, ocupó el cargo de Diputado Nacional y estuvo siempre comprometido con los ideales de la libertad. Esta característica fue la impronta que lo marcó para siempre, especialmente cuando formó parte de los hechos ocurridos en Trelew en agosto de 1972.
Mario Abel Amaya fallece en la cárcel de Devoto, Capital Federal, debido a los tormentos sufridos a manos de sicarios del dictador Videla
Los jóvenes radicales no nos olvidamos de los militantes que entregaron su vida a costa de defender sus ideales y convicciones y por eso queremos rendirle este sentido homenaje.
A continuación transcribimos un extracto del informe de la Conadep que forma parte del libro Nunca Más.
Entre los «arrestados a disposición del Poder Ejecutivo Nacional» podemos citar dos casos extremos, signados por la más absoluta arbitrariedad, en los cuales el decreto colocándolos en tal situación fue precedido por el secuestro y desaparición de los detenidos y continuó con la muerte de uno de ellos.
Los legisladores nacionales Dres. Hipolito Solari Irigoyen y Mario Abel Amaya habían cesado en sus cargos al producirse el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, pero mantenían su alta representatividad política e investían la calidad de abogados defensores con amplia tradición en el patrocinio a detenidos políticos. EI Dr. Solari Irigoyen había sido profesor universitario y tomó a su cargo frecuentes denuncias en el seno del Parlamento sobre casos de arbitrariedad policial y tormentos a prisioneros, antecedentes estos últimos similares a los del Dr. Amaya. Ambos fueron secuestrados el 17 de agosto de 1976 y alojados en el Regimiento 181 de Comunicaciones de Bahía Blanca, donde les aplican crueles tommentos. El día 30 de agosto de 1976, al cabo de un pedido formulado al Gobiemo argentino por la Comisión Eteramericana de Derechos Humanos, son trasladados hacia la ciudad de Viedma donde los arrojan al costado del camino. Allí recoge sus cuerpos de inmediato un móvil policial.
Curiosamente, el Gobiemo publicó la versión de que el vehículo policial protagonizó un denso intercambio de dispuos con el «coche secuestrador», logrando por fin la recuperación de las víctimas. Los Dres. Solari Irigoyen y Amaya declaran en seguida que no escucharon jamás detonación alguna por disparos.
A partir de ese momento, pasan a investir el carácter de «detenidos legales» y para legitimar todo el siniestro procedimiento se los acusa de «vinculaciones con actividades subversivas» y se los coloca en arresto a disposición del Poder Ejecutivo por Decreto N° 1831/76. Son llevados el 11-6-76 al Penal de Rawson, y al ingresar al mismo reciben una tremenda golpiza que al Dr. Amaya afecta ya irreversiblemente, al grado que, frente al drástico empeoramiento se resuelve a los pocos días conducirlo al Hospital Penitenciario Central - Cárcel de Devoto, Capital Federal - , donde se apaga su vida el día 19 de octubre de 1976. El Dr. Solari Irigoyen quedó encarcelado en Rawson, hasta que al cabo de nueve meses es autorizado a abandonar el territorio argentino - virtual expulsión - según decreto presidencial N° 1098/77.
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